Abrazos… sí, has leído bien. Una buena dosis diaria de abrazos nos aporta muchos beneficios emocionales y de bienestar general. No se trata solo de la agradable experiencia que la mayoría de nosotros tenemos cuando damos y recibimos abrazos, sino que la neurociencia lo corrobora.
¿Por qué son beneficiosos los abrazos para nuestro organismo?
Se ha comprobado que un abrazo de cinco minutos estimula la oxitocina, también llamada “hormona del amor”, que nos provoca sentimientos de generosidad, de compasión y nos acerca a los demás. Además, la oxitocina hace que se produzcan serotonina y dopamina, la “hormona del placer”, que reduce el stress y provoca una actitud positiva ante la vida.
¿Dónde está el secreto de la felicidad?
Evidentemente, esta reacción química maravillosa no se reduce a los abrazos; también funciona con besos y palabras de afecto y apoyo. Un “te quiero”, un “te admiro”, un “confío en tí”, como ejemplos, también producen estos efectos positivos, tanto para quien los pronuncia como para quien los recibe.
Así que las expresiones de amor y afecto, con el abrazo como el rey de todas ellas, pueden ayudar a prevenir males mayores y además… ¡no cuestan un céntimo!
Empieza a practicar ahora tu “Bien-estar”
No pongamos como excusa que cambiar nuestros hábitos conlleva esfuerzo. En este caso, el esfuerzo de superar la vergüenza o la timidez por mostrarnos cariñosos será recompensado de forma inmediata, lo que nos conducirá a desear seguir haciéndolo de forma continuada, una vez que empecemos.
Aprovecha el verano, que es una época ideal para empezar a practicar, y así habrás adquirido los hábitos necesarios para tu vida cotidiana, cuando el periodo estival acabe. ¡Ah! Y no te preocupes por la posible adicción: en este caso… ¡es bueno estar enganchado/a!
¡Feliz y amoroso verano!